Los pobladores de Cambita se declararon cansados de tener que convivir con sus vecinos haitianos y expresaron que ya no los quieren más en su comunidad.
Afirmaron que muchos haitianos estaban violando y acosando a niñas y mujeres que residen en la zona. También denunciaron el incremento de robo y practica de rituales diabólicos.
Dijeron que ante la ineficiencia de las autoridades publicas se vieron compelidos a utilizar sus propios medios para imponer el orden en una zona que antes de la llegada masiva de haitianos vivía en total armonía.
Pidieron al gobierno proteger la frontera física y advirtieron a los inmigrantes haitianos que sacaron que no regresen a la zona.