El Grupo SIN hizo lo que debió hacer la Cámara de Cuentas y la Procuraduría con Diandino Peña. Por José Luis Taveras

Me importa un bledo los motivos que animaron “la emboscada” a Diandy. Aquí hay un hecho inequívoco que se quiere soslayar: este tipo tiene que justificar el origen lícito de los bienes, activos y participaciones no declarados en su patrimonio.

La inconsistencia entre lo que tiene y lo que declara es astronómica y si no logra probar razonablemente la conciliación patrimonial se presume que esos activos son productos del lavado, según la ley, y punto.

Ahora el debate periférico y escurridizo de los medios son los presuntos motivos del Grupo SIN o el momento para hacerlo ¿Y eso qué importa? ¿Que el objetivo es hacerle daño?: se hace daño cuando las imputaciones no son probadas.

Esa investigación estableció sobradamente lo que es un patrón típico de elusión fiscal y de dilución de identidad a través de estructuras piramidales corporativas.

Nada nuevo. Es él quien tiene que probar y le han facilitado la prueba de una omisión vergonzosa.

El Grupo SIN hizo lo que debió hacer la Cámara de Cuentas y la Procuraduría juntas. Me tiene sin cuidado sus motivos.

Parte del patrimonio no declarado es mío; eso si me importa.

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