Otra vez la corrupción imperante en el Estado dominicano vuelve a ser el detonante de situaciones lamentables que se suscitan en el país en los últimos tiempos. Recordemos como en el año 2015 el Ing. David Rodriguez Garcia, oriundo de Monte Plata, se quitó la vida de un balazo dentro de la misma sede de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado OISOE, la cual en aquel momento estaba siendo dirigida por el Sr. Pimentel Kareh. Este suceso trágico fue detonado por las presiones recibidas por el Ingeniero a raíz de verse acorralado a tomar préstamos informales para poder terminar la obra, ya que en la OISOE le sugirieron recurrir a esa persona para mantener la liquidez necesaria para el cumplimiento del compromiso asumido. En aquel momento salieron a relucir bochornosos actos de corrupción que se realizaban en la OISOE y de pago de dinero que tenían que hacer los ingenieros para poder recibir la erogación de fondos por parte de la institución.
Apenas dos años de aquel lamentable situación, vemos como en San Pedro de Macoris la corrupción existente en el Consejo Estatal del Azúcar fue el detonante para que un comprador legitimo de un terreno, ante la impotencia y el engaño matara a dos locutores que habían fungido como intermediarios para la resolución de un conflicto en el que estaba involucrado directamente la dirección del CEA. El terreno comprado también había sido vendido a varias personas a la vez, lo cual según los habitantes de San Pedro de Macoris, es una transacción común que realiza el CEA en el que el mismo terreno tiene decenas de propietarios situación que ya ha provocado muchas muertes en la empobrecida y laboriosoa provincia de San Pedro de Macoris.
Cuantos hechos trágicos que enlutan nuestras familias deberán acontecer en la República Dominicana para que el gobierno de turno decida de una vez por todas enfrentar contundentemente este perverso flagelo de la corrupción y la impunidad que tanto daño le esta haciendo al Estado y a la sociedad dominicana.
