Bello Andino, Anibal Paez y Guaroa Liranzo los tres que saquearon la República en tiempos de Balaguer

En todos los espacios públicos y privados de la República Dominicana sus nombres eran altamente mencionados y vinculados a actos bochornosos realizados desde el gobierno dominicano en tiempos de un Presidente como Joaquín Balaguer que apadrinaba y se hacía de la vista gorda frente a las denuncias de corrupción, saqueo y estafas que se realizaban a las arcas nacionales. Siempre se les denominó el “anillo palaciego” o el “trio diabólico” porque sus nombres estaban íntimamente ligados a actos de corrupción y situaciones ilícitas las cuales son ampliamente conocidas por quienes vivieron aquella época Balaguerista.

Ellos tres eran Bello Andino, Anibal Paez y Guaroa Liranzo, los tres hombres que eran el Poder detrás de Balaguer. Fueron sus pies, sus ojos, sus oídos y hasta sus manos porque inclusive se hablaba de que ellos firmaban en nombre de Balaguer documentaciones importantes del Estado dominicano. Así funcionaban las cosas en tiempos de Balaguer.

Años han pasado de aquella tenebrosa e inolvidable época Balaguerista en la que los apagones eléctricos azotaban a la población, en la que en los hospitales no había ni una aspirina y en la que el narcotráfico se manejaba desde las más altas esferas del gobierno. Eran los tiempos de Balaguer o mejor dicho los tiempos del “trio diabólico”.

Nos preguntamos si todos esos actos vandálicos realizados en esos tiempos quedarán impunes, no serán juzgados aquellos que se robaron los recursos públicos, que sobrevaluaban las obras y que inclusive de los tantos y tantos apartamentos que construyó Balaguer la gran mayoría quedaban en manos de ese trio. Siempre se habló que, inclusive, solo uno de ellos tenía 400 apartamentos a su nombre.

Esa es la penosa historia política de la República dominicana, una historia de saqueos, de corrupción, de estafas e impunidades.

Cuanto se le ha robado a este pueblo, cuantos delincuentes pululando entre nosotros como si fuesen seres impolutos y honorables, cuando lo que han sido es ladrones, delincuentes que en cualquier país latinoamericano mínimamente institucionalizado estuviesen purgando en las cárceles sus penas.

Esperemos que algún día se haga justicia con estos delincuentes y que el dinero robado vuelva nueva vez a las arcas nacionales para poder así reducir los tan altos niveles de pobreza y miseria que afectan al pueblo dominicano.

¡Esperamos justicia!

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