Por Leonardo Jaquez
Los partidos políticos tradicionales que en los últimos 40 años han participado activamente en el juego democrático nacional, se han constituido en la principal retranca para el desarrollo político e institucional de la República Dominicana.
Lo planteamos, al ver como son los propios partidos políticos quienes permanentemente violan la constitución y las leyes que ellos mismos aprobaron desde el Congreso Nacional.
Podemos citar los derechos fundamentales estatuidos en nuestra carta magna, así como también el conjunto de iniciativas legales que asignan cuotas porcentuales del presupuesto nacional para sectores específicos, las cuales son impunemente violadas todos los años.
También podemos ver como leyes que procuran el adecentamiento del ejercicio público y la transparencia en la administración de los fondos del estado son intencionalmente violadas.
Nuestra democracia debe avanzar, pero al parecer ese avance no será posible mientras tengamos sobre la mesa a los mismos actores políticos que reproducen una y otra vez las mismas inconductas que perpetúan este estado embrionario en que aun se encuentra la democracia dominicana tras varias décadas de esfuerzos mayúsculos continuos.