El recién pasado año 2017 representó para el necesario desarrollo democrático de la República Dominicana uno de los peores años desde que la democracia se reinstaló despues de terminada la dictadura que encabezó el tirano Leonidas Trujillo.
Todos los poderes públicos nacionales evidenciaron un deterioro en el cumplimiento de sus mas fundamentales roles constitucionales. El Congreso Nacional en vez de fungir como un órgano que supervise e investigue el accionar del Poder Ejecutivo, se limitó a desempeñar el papel de sello gomigrafo de todo cuanto le ordenara el Presidente de la República Danilo Medina.
El Congreso Nacional en los últimos años ha perdido el sentido constitucional que le corresponde de servir de contrapeso frente a los demas poderes públicos.
Tambien el Poder Judicial mostró necesitar una nueva reforma estructural que le devuelva la necesaria independencia politica para poder aplicar justicia con mayor equidad. Importantes casos de corrupción llegaron allí sin que fuesen aplicada las sanciones correspondientes y necesarias para el fortalecimiento de un régimen de consecuencias que contenga el avance permanente de la corrupción política que hay en el Estado dominicano.
Todos los poderes públicos nacionales fueron debilitados por la permanente y dañina intervención de los partidos políticos que en su accionar anteponen sus propios intereses políticos por encima de los intereses colectivos del pueblo dominicano.
El poder ejecutivo ni siquiera fue capaz de con correctas politicas públicas resolver uno solo de los tantos problemas que aquejan a la sociedad dominicana. Por años el pueblo dominicano ha deseado que problemas fundamentales le sean resueltos para elevar aunque sea minimamente su calidad de vida. Aún persiste la precariedad en el suministro de energía electrica, de agua potable, de seguridad ciudadana. Ningún dominicano con mas privilegiado que sea su estatus social se siente seguro en una República Dominica que cada dia esta mas inhospita e insegura.
El sistema de transportación pública se vio empeorado ante la imposibilidad del gobierno resolver el congestionamento permanente que acontece en las avenidas y calles del pais. Y tambien ante una flotilla vehicular con evidentes precariedades que no se corresponden a las condiciones que deberían tener para brindar al ciudadano un servicio digno y decoroso.
Todo luce indicar que las perspectivas frente a lo que será el nuevo año 2018 no son muy alagueñas porque el gobierno del Presidente Danilo Medina no ha mostrado tener la capacidad de timonear la gran nave nacional con una verdadera voluntad de transformar la Republica Dominicana en un pais socialmente mas vivible, materialmente mas desarrollado y con instituciones mas sólidas que posibiliten un desarrollo democratico tendente a fortalecer el Estado nacional dominicano.