La hermana del presidente Lucía Medina reveló en su comparecencia en la cámara de diputados que había llamado a los directores de los mas importantes medios del país para que silenciaran los efectos del video colgado en las redes sociales en el que un estudiante reveló la perversidad de entregar a nombre de una fundación útiles escolares pagados con recursos públicos.
Esta situación en la que la propia congresista dijo que contactó medios para que no reprodujeran una información dañosa para sus intereses políticos, evidencia que nuestros congresistas llamados a imponer el respeto a la ley y la constitución, son los primeros en violar normas tan básicas para la convivencia de nuestras instituciones y de la sociedad misma.
Es por ello que hoy mas que nunca debemos abogar por la protección de lo que se ha constituido en el principal instrumento de comunicación en masas: las redes sociales.
Lucia Medina pudo a través de un arsenal de llamadas telefónicas y correos electrónicos presionar a los medios de comunicación tradicionales que en gran parte se nutren de publicidad estatal, pero no pudo limitar la pluralidad y la democracia existente en plataformas digitales que han venido a empoderar a nuestros oprimidos pueblos.
Ya la opinión pública no solo la construye los dueños de la imprenta y de la televisora -los empresarios-, sino que también la está construyendo el mismo pueblo. Una situación que preocupa seriamente a los sectores políticos y económicos tradicionales de nuestros países.
Ojalá y que para la próxima reforma constitucional pueda constitucionalizarse la protección a estos espacios virtuales como las redes sociales tan necesarios para el fortalecimiento de nuestras democracias, las cuales están necesitadas de mayor pluralidad de ideas y de opiniones que no respondan a los grupos políticos y económicos hegemónicos.