La nueva embajadora de los Estados Unidos, Robin S. Bernstein, amiga y socia del actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, tendrá una apretada agenda para ejecutar en la República Dominicana.
Su gestión se fundamentará en tres pilares básicos parte de los cuales lo hizo público la propia embajadora ante el Congreso de los Estados Unidos. Bernstein frente a una comisión del Congreso dijo que la defensa de los derechos humanos de los inmigrantes haitianos sería una de sus prioridades en la República Dominicana. Otras de las prioridades diplomáticas de la nueva embajadora sería desmontar el poderoso entramado político configurado por el hegemónico PLD. Que un mismo partido concentre el poder de todos los estamentos públicos resulta contraproducente en un Estado democrático como lo conciben los Estados Unidos.
También, la embajadora, empresaria judía y amiga del presidente Trump, estaría realizando en el país todos los esfuerzos necesarios para impedir el regreso al poder del ex presidente Leonel Fernández.
Si analizamos las últimas medidas tomadas por los Estados Unidos en contra de la corrupción política imperante en el país veremos como los dardos imperialistas evidentemente están enfocados en todos aquellos políticos que cumplen con dos condiciones básicas: Vinculados a Leonel Fernández y vinculados a la corrupción política o a irregularidades en el desempeño de funciones públicas.
El Leonelismo se sustenta en cuatro columnas fundamentales: la política, la económica, la militar y la judicial. Todas estas columnas han recibido los mandarriazos imperialistas que procuran desmontar en su totalidad el poder acumulado por un Leonel Fernández que gobernó por tres periodos la República Dominicana y que pudo construir una de las estructuras políticas-económicas mas impresionante de toda nuestra vida democrática.
La columna militar cercana a Fernández en casi su totalidad se le canceló el visado de turista hacia los Estados Unidos. Si aun algunos de ellos pisan la tierra del Tio Sam es porque han sido dotados de visado diplomático. Inclusive el ex presidente Fernández cuando viaja a territorio norteamericano lo hace sin sus dos principales guardaespaldas que le acompañan en las actividades políticas que realiza en territorio nacional. Se habla de que estos dos reconocidos militares tendrían el temor de que si entran a territorio estadounidense no puedan salir ya que posiblemente pudiesen ser arrestados bajo serias acusaciones penales de irregularidades cometidas mientras su líder y jefe Leonel Fernandez fue presidente del país.
Esta agenda imperialista muy definida que pretende desmontar todo este entramado de corrupción que ha configurado el peledeismo gobernante, es conocida ampliamente por el propio ex presidente Leonel Fernández. Por eso, se dice, se le ve procurando acercarse a la franja izquierdista del continente tratando con esto refugiarse ideologicamente y victimizarse frente a un electorado dominicano fácilmente manipulable y configurable.