Justo cuando la ministra de Salud Pública y el presidente del Colegio Médico Dominicano (CMD) sostenían su primera reunión que, entre otras cosas, marcó el inicio de un diálogo que terminó con la firma de un acuerdo de aumento salarial y otras reivindicaciones con el gobierno, sobre el país zumbaba la amenaza del mosquito Aedes Aegypti con la transmisión del virus del Zika. En esta ocasión, el insecto se ensañó con los cerebros de fetos y de adultos, convirtiéndolo en más temible que el dengue y la chikungunya. Precisamente, estos fueron los casos de mayor trascendencia en el ámbito de la salud dominicana que por más de nueve meses mantuvieron la atención de los dominicanos. De esa manera, la enfermedad del Zika se registró oficialmente en el país el 23 de enero, y lo hizo para quedarse, al igual que el dengue y la chikungunya, “hijos” del zancudo que es epidémico en el país.
Desde entonces, 22 niños han nacido con microcefalia y otras malformaciones congénitas al nacer, en los que se confirmó la infección por el virus, mientras las autoridades del Ministerio de Salud Pública registran 285 casos de Síndrome de Guillain Barré (SGB) con antecedentes de enfermedad que ha afectado a más de 5, 230 personas, de los cuales 950 corresponden a embarazadas en el primer semestre de gestación. Se calculó un impacto bajo, pero su relación con microcefalia y síndrome de Guillain-Barré lo convirtió en uno de los virus más temibles de los últimos tiempos.
Fue preciso que el presidente Danilo Medina aprobara, incluso a finales del 2015, una primera partida de RD$30 millones para ejecutar un plan de prevención del virus, luego en el mes de marzo de este año, el Gobierno aprobó RD$1,000 millones para campañas contra el Aedes Aegypti. Hasta el pasado mes de julio, el Ministerio de Salud Pública, a través de su programa de Medicamentos de Alto Costo, había invertido RD$52,967,598.80 para el tratamiento del SGB, tanto en pacientes afectados del Virus del Zika como por otras condiciones neurológicas. Sin embargo, pasado el período de expansión o pico de la enfermedad, no se observa medidas de control ni de parte de las autoridades ni de los ciudadanos.
Contrario a otros años, el presidente del CMD, Waldo Ariel Suero, negoció con la “cabeza fría”, y obtuvo mayores conquistas que la de un aumento salarial de 25% divido en partidas para él y sus colegas. Siete meses después, el gremio y el gobierno culminaron con una negociación decente, no la ideal, porque nunca se está conforme del todo, pero consiguieron una serie de reivindicaciones que mejorarán las vidas de los trabajadores del sector salud, que incluye, incentivos, pensiones a cerca de dos mil médicos a los que se les unificó sus últimos salarios, con seguro de salud para ellos y sus dependientes, por lo que tuvieron años luchando. “La creación del seguro médico para los médicos pensionados demuestra que es posible y urgente proteger la salud de todos los envejecientes pensionados”, opina Arismendi Díaz Santana.
Durante los meses de negociaciones, hubo paros de labores ocasionales en los centros de salud y amenazas de otros, apuestas a divisiones del gremio médico y de otros sectores que le acompañaron en las discusiones. Unos once abandonaron la lucha en grupo y negociaron aparte, otros se quedaron hasta el final, y lograron iguales resultados positivos. Hubo momentos en los que los mediadores llegaron a pensar que no habría salida en las discusiones. Reuniones privadas entre representantes del Gobierno y participantes de las conversaciones. Oferta de dirección de hospital para el presidente de la Agrupación Médica del Instituto Dominicano de Seguros Sociales (AMISDSS), Carlos Roa, si se apartaba de Suero en las negociaciones, fueron algunas de las propuestas indecentes. “Los mediadores del diálogo fueron fundamentales”, reconoce Suero, quien también valoró al equipo de gobierno, que en varias ocasiones cedieron a planteamientos del CMD. En su momento el sindicato también cedió.
