Escrito por: Samil Daniel Castillo
Querido senador Félix Bautista: Le escribo esta carta sabiendo que ni tan solo obtendré respuesta, porque si me contestaras, te delatarías. Te quedarás callado. Tu nombre en los medios de difusión nacional e internacional me da un sabor amargo. Presiento cuán molesto es para ti ver tu nombre de rehén en todos los medios… claro, eso me parece que ni le molesta.
Ignoro si a esta hora planea algún desfalco a las arcas públicas, herencia de todos los dominicanos, para beneficio de usted y su grupo de inescrepulosos… pero sé que planea en público querer subir al calvario, clavarse usted mismo en la madera de cruz y declarar al mundo: Soy santo! Eso lo entenderé.
Pero se equivoca delincuentaso. Somos los dominicanos que le damos la oportunidad para llegar donde usted está… una gran oportunidad que has desperdiciado con sus abusos, codicia y avaricia degenerada.
Usted sabe que está a salvo con los jueces, fiscales y testigos de sus abusos bien sobornados, pero no crea que va a pasar por esta vida cometiendo sus crímenes impune. En algún momento le caerá su tormenta. El mundo está cambiando. Hay una humanidad que ilumina su consciencia. Y los dominicanos ya están despertando y levantándose contra personajes como usted.
Si después de leer esta carta, siente deseo de odiarme, matarme, o mandarme a buscar con los dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que saben quién soy, o si quiere matarse, cosa que descarto ya que no goza de un poco de consciencia social, no se detenga nunca.
Yo lo espero con una gran sonrisa.
Hoy está en el trono tomando decisiones que inciden en muchos dominicanos buenos de este país, pero tenga en cuenta que el sol sale cada día y nos ilumina a todos: A los dominicanos que cada día despertamos a sacrificarnos para sobrevivir, y estamos despertando todos de este estado de coma colectivo que el conformismo, la ignorancia, la pobreza, el miedo entre otras cosas nos secuestró.
Ya hay un despertar colectivo social y político! Los seres humanos estamos despertando poco a poco, y usted no será inocente, como siempre dice, de todo lo que ha hecho en detrimento de todos los dominicanos.
Me despido con el desprecio en nombre de todos los dominicanos de este país, incluyendo a los que usted soborna (que solo están a su lado por el dinero que usted tiene), y le deseo mucha salud y que viva por 300 años al menos para que sea testigo de una transición global que lo va a condenar en su debido momento.
