El Peligro de la Trasmigración Haitiana hacia Quisqueya

Por: Cosme E. Pérez  – ¿En verdad existe peligro? 
¿Qué clase de peligro? Insurrección haitiana contra la nación quisqueyana? EL PELIGRO PRINCIPAL: Insurrección haitiana contra la nación quisqueyana.
Santo Domingo, RD.-  La gente emigra a otros países por razones económicas y/o políticas. Cuando la razón es económica, la persona que emigra tiende a regresar a su país, cuando ha acumulado capital o una profesión que garantice sustento a ella y a su familia. Cuando la razón es política, tiende a regresar cuando las condiciones han cambiado a su favor o por lo menos ya no existen las condiciones que le hicieron emigrar. En ambos casos, la persona que emigra mantiene lazos fuertes dentro de su país y forma parte de los grupos nacionales en la diáspora, manteniendo sus sentimientos patrios.

Sin embargo, existen otros motivos que hacen a la gente emigrar de su país: crisis social; guerra; desastres naturales; masiva persecución política o religiosa; dictadura o tiranía, entre otras. La persona que se incluye dentro de uno o más de esos motivos, actúa parecido a la que emigra por puras razones económicas o políticas. Aunque, las repetidas crisis u otros motivos señalados, hace que se vayan formando en otros países grupos étnicos que componen la diáspora del país de esos emigrantes.

La emigración haitiana, hacia Puerto Rico, Estados Unidos de América, Canadá, Francia y algunos otros países desarrollados, es normal, en cuando a lo que hemos analizado en los párrafos anteriores.

En 1801 Toussaint Louverture declaró la abolición de la esclavitud en toda la isla de Santo Domingo y lo hizo a nombre de Francia. Francia no aceptó la Constitución de Santo Domingo redactada por Toussaint, a quien hicieron preso, muriendo éste en la cárcel en 1803.

Jean Jacques Dessalines, quien fuera el lugarteniente de Toussaint, declaró de nuevo la abolición de la esclavitud en toda la isla el primero de enero de 1804; solo que esta vez llamó a la isla Haití, declarando al mismo tiempo la independencia de Francia.

La parte occidental de la isla, que fuera demarcada en 1697 por el Tratado de Ryswick cuando España le cedió esa parte de la isla a Francia, quedó controlada por Dessalines, quien sentenció que “la isla es una e indivisible” con el nombre de Haití.

El ejército francés, se refugió en la parte oriental de la isla, cuya comunidad “dominicana-española”, Francia había permitido permanecer, año tras año, por habérsele hecho imposible poblar a la isla con franceses nacionales que pensaban traer desde el “viejo continente”. Las incursiones y agresiones del ejército haitiano contra la parte oriental, fueron rechazadas por la población y el ejército francés por varios años.

España y Francia se enfrascaron en una guerra territorial, que se proyectó hasta la isla, donde los dominicanos-españoles leales a la corona de España, derrotaron al ejército francés en la batalla de Palo Hincado el 11 de julio de 1808. En agosto de 1809, los franceses se entregaron a los ingleses que dirigían Penn y Venable y que por una recompensa le entregaron la ciudad de Santo Domingo al general Juan Sánchez Ramírez. España recibía oficialmente de Francia la parte “española” de la isla.

Haití, temiendo la reclamación de territorio por parte de España y con la amenaza de una invasión francesa, si Haití no le pagaba una indemnización por las propiedades confiscadas, prefirió en esos años de “La España Boba” (1809-1821) mantenerse en paz con sus vecinos, mientras se librara una lucha interna entre ellos.

En 1818, Jean-Pierre Boyer asume al poder en Haití e inspirado en los principios de sus próceres, reafirma el interés, constitucionalmente, de que la “isla es una e indivisible”.

En 1821, José Núñez de Cáceres declara la separación de España de la “República de Haití-Español”; error que aprovecha Boyer para poner en ejecución sus planes de unificación de la isla. En 9 de febrero de 1822, durante un acto oficial y pacífico, se le entregan las llaves de la nación al Presidente Boyer de Haití. No tuvo Boyer que ponerle nombre propio a la parte española, ya Núñez se la había puesto: Haití.

No hubo fusión y gracias a la fundación de la sociedad secreta “La Trinitaria”, en 1838 surgió el principio de separación del gobierno haitiano y restablecer el nombre de la isla de Santo Domingo, para eliminar también la identidad regional haitiana (Isla de Haití).

En cada etapa en que el gobierno haitiano invadió, agredió u ocupó la parte oriental de la isla, desde 1804 hasta 1856, la población haitiana no emigró hacia la parte oriental. Aunque existieron algunos casos de invasión territorial, que si bien ya están saneados, no dejan de ser parte del problema actual.

Al iniciarse el siglo XX, Haití pierde poder económico y social, de tal magnitud, que su población, otrora orgullosa de sus conquistas, inicia el éxodo hacia otros países. El movimiento de filtración por nuestras fronteras empezó a notarse durante la ocupación, en ambos países, de los Estados Unidos de América.

En 1937, una acción inhumana resuelve una invasión pacífica, donde mueren miles de haitianos. Un ejemplo que no puede ser repetido y que peligrosamente se le va inculcando en la mente de gente irresponsable y sin corazón.

La migración haitiana hacia Quisqueya, se reanuda con la dictadura de Duvalier alrededor de 1950, cuando llegan algunos exiliados. Se incrementa, cuando las empresas americanas comienzan a contratar mano de obra barata para el corte de la caña. Hasta ese momento, se trataba de una migración formal, con las características normales.

Después de la guerra de abril de 1965, esa migración se fue convirtiendo en trasmigración. El paso por la frontera se convirtió en un negocio lucrativo para coyotes y militares corruptos. El gobierno de Balaguer tomó medidas, que no fueron tan inhumanas como las que tomó su antiguo jefe.

Después de Balaguer, algunos partidos políticos utilizaron esa trasmigración para aumentar sus votos en las elecciones, creando un nuevo canal para la invasión pacífica.

Antes y después del terremoto del 2010, esa trasmigración se tornó incontrolable, a tal punto que miles de indocumentados haitianos cruzaban a diario la frontera y se establecían en territorio quisqueyano sin que ninguna muestra estadística la identificara.

EL PELIGRO

La emigración haitiana hacia otros países sigue siendo considerada regular. No podemos decir lo mismo en nuestro caso, ni podemos llamarla migración, sino trasmigración.

La trasmigración es distinta a la migración, porque se trata de un movimiento masivo de un pueblo hacia un territorio extranjero, sin que se tenga el menor interés de pertenecer a esa otra nación y sin que se tenga interés de regirse por las leyes de esa nación.

El gobierno puede tomar medidas humanitarias para resolver ese problema. Quizás, muchos de esos haitianos tienen la intención de convertirse en ciudadanos de este país y asimilar nuestras costumbres y cultura. Pero ese no es el peligro.

El peligro está en las ideas que puedan tener algunos de ellos y que puedan influenciar en la mayoría de ellos. Las ideas de los próceres de la independencia de Haití: “la isla es una e indivisible”

Encontramos una bandera que muestra las intenciones de grupos haitianos. Como no hablamos su idioma, no sabemos qué planean. Como no sabemos que planean viviendo en nuestros patios, zaguanes, callejones y montes y cuándo nos van a sorprender.

Además de esto, países como Estados Unidos, Venezuela, Canadá, Francia, Brasil y organizaciones internacionales, tienen en proyecto que la mejor solución es la fusión de las dos naciones.

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