“Bueeeenooo ahora si fue veidad que el pueblo se tiró a la calle”, dijo el hombre cincuentón mientras devoraba un sanguche de salami en el colmado de una esquina arropada por una multitud verde.
Mientras masticaba el hombre no dejaba de hablar de todo lo que había hecho el gobierno en la provincia Duarte para desactivar o bajar la asistencia a la marcha.
Pero los pronósticos de lluvia, el disuasivo militarista ni la repartidera de comida y electrodomésticos los días anteriores impidieron que el pueblo de SFM se tirara vestido de verde a la calle esta vez abiertamente contra Danilo Medina y el PLD.
La marcha realizada en San Francisco de Macorís este domingo 23 de abril vino a ser una gran ola de pueblo y sectores populares del Cibao que agregaron rebeldía a la marea verde.
Hasta la de San Francisco los sectores predominantes de la indignación eran de clase media, contrario a eso en las calles de esta combativa ciudad se hizo notable el peso popular, el desenfado, la rabia y la firmeza de los cuerpos direccionados a cuestionar la cabeza de la mafia gobernante.
Los dos elementos sobresalientes de la marcha fueron la presencia de una gran cantidad de jóvenes de barrios populares, y el cambio de actitud de mucha gente que comienza a reconocerse en un discurso de mayor calado político.
No solo por lo expresado por el padre Moncho como orador principal del evento, en el sentido de que si el gobierno no hace caso al reclamo del pueblo la cosa puede tornarse en catástrofe para los corruptos, sino y sobre todo por el murmullo, las consignas, los diálogos informales y las alusiones a la imposibilidad de resolver el caso Odebrecht y demás escándalos de corrupción mientras gobiernen Danilo Medina y el PLD.
Padre Moncho, Marcha Verde SFM.
La mayoría de los dirigentes de organizaciones sociales de la región consultados por este medio respondían positivo a la demanda de renuncia del presidente Medina, la vicepresidenta Margarita Cedeño y el gobierno ganado por ellos gracias a los sobornos y las sobrevaluaciones de Odebrecht, lo que nadie puso en duda.
Cuestionaban también a los sectores de ONG que “se empeñan en imponer su discurso progubernamental a la marcha verde”, así como la presencia de dirigentes políticos reconocidos que “van a la marcha a promover sus candidaturas”.
La gente común que caminaba por el fin de la impunidad se alejaba como el diablo de la cruz cuando se topaba con algunos de los dirigentes políticos más connotados.
Pero eso no hizo mella al entusiasmo, la identificación con el verde y la aspiración a vivir en una sociedad libre de impunidad, siendo evidente que la marea verde se transforma cada vez más en una irrupción social sin la cual pudiera pensarse el mapa político que se configura en lo adelante.
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“Los pronósticos que desde el sábado amenazaban con altas probabilidades de lluvia -alerta roja para SFM- no impidieron que gente de los sectores populares, hombres y mujeres de la tercera edad, personas discapacitadas en sillas de ruedas y otras apoyadas en muletas, jóvenes y adolescentes marcharan portando lienzos, gorras, camisetas verdes y pancartas con el fin de la impunidad y los ladrones a la cárcel”, dice Cesar Mieses, dirigente de la Red Acción Política (Rap), quien se desplazó a la marcha junto a una delegación de Samaná.
En su paso por las calles Frank Grullón, Imbert, Castillo y Hostos la marcha verde parecía un solo cuerpo apretujado por el deseo de justicia. Al finalizar el sacerdote Ramón Alejo de la Cruz (Padre Moncho) enfatizó la necesidad de acciones más contundentes del pueblo para llevar a los funcionarios corruptos a la cárcel.
Autoría portal nuestrotiempo.com.do
