Es evidente que el Papa Francisco, en nombre de la Iglesia Católica, y del Estado Vaticano, ha definido una agenda mundial respecto de las migraciones humanas, fenómeno que esta caracterizando las actuales complejas relaciones de Estados en todo el mundo, a todos los niveles, desde los países centrales desarrollados hasta los países periféricos, tanto por razones económicas, como por razones políticas, de catástrofes naturales como por estados de guerra permanente, e intervención extranjera.
El Papa no solo es el líder, el jefe de una de las congregaciones religiosas mas grandes y poderosas de la tierra, sino que ademas es el jefe de Estado del Estado de la Ciudad del Vaticano, y desde la Santa Sede, máxima institución de la Iglesia católica, dirige su feligresía mundial.
Lo que empezó con el Emperado Justiniano, de oficializar la iglesia como Estado, culmino su existencia como Estado independiente en 1929 tras la firma de los Pactos de Letrán celebrados entre la Santa Sede y el entonces Reino de Italia, que en 1870 había conquistado los Estados Pontificios.
El papa, que es cabeza suprema de la Iglesia católica, es también soberano de la Ciudad del Vaticano y ostenta la plenitud de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial,14por lo que se puede considerar a este país como una teocracia en forma de monarquía absoluta.
Desde el inicio de su pontificado en marzo de 2013, el Papa intensificó sus posiciones a favor de la acogida de los refugiados e migrantes.
Unos meses después de su elección, viajó a la isla italiana de Lampedusa, entonces principal puerta de entrada de los migrantes.
En abril de 2016, volvió de una visita a la isla griega de Lesbos con tres familias de refugiados sirios musulmanes a bordo de su avión.
El papa iniciará el lunes un viaje de ocho días a su continente natal, donde en primer lugar visitará Chile y después Perú. Este constituye su viaje número 22 al extranjero. Antes del viaje ha vuelto a reiterar su posición con los emigrantes del mundo, la cual es a su vez asumida en todos los países donde la iglesia católica tiene alguna representación o presencia. Y En América Latina, es una de las regiones donde mayor feligresía, adeptos, y apoyo tiene esta religión.
Sin embargo estudios y encuestas recientes dan muestra de una tendencia inusual. El informe de la consultora Latinobarómetro mostró que en una escala de 0 a 10, los chilenos valoran con un 5,3 al papa Francisco, mientras que el promedio de América Latina alcanza al 6.8.
Chile es también el país donde la confianza en la Iglesia Católica más ha caído desde el año 2015, del 44% al 36%, mientras que un 38% de los encuestados se consideró “ateos o agnósticos”, convirtiendo a este país en uno de los más seculares de América Latina junto a Uruguay (41%)
Chile es el país de América Latina donde el Papa Francisco y la Iglesia Católica tienen la peor valoración. Lo anterior, a consecuencia del estallido de escándalos de abusos sexuales a menores, según un estudio revelado este viernes en Santiago.
La evaluación del papa Francisco en América Latina cayó de 7,2 a 6,8 puntos porcentuales entre 2013 y 2017.
En Perú, donde el papa llegará el próximo jueves, la evaluación de Francisco alcanza al 6,9, ocupando el séptimo lugar de la región, donde Paraguay es el país que mejor lo valora (8,3), seguido por Brasil (8,0) y Ecuador (7,5).
La fuerte caída del catolicismo y el creciente aumento de agnósticos provocó “un caso de secularización acelerada” en Chile en los últimos años, según Lagos.
Cuando en 2013, el argentino Jorge Bergoglio se convirtió en papa, la confianza de los chilenos subió de 38% a 44%.
“La imagen del papa Francisco hace la diferencia entre los católicos pero no ha podido influir lo suficiente para que la iglesia repunte”, afirmó Lagos.
El cardenal Ricardo Ezzati se refirió este domingo a la visita del papa Francisco, reconociendo que encontrará una iglesia en crisis, aunque aseveró que “es bendición”.
El Cardenal reconoció las reacciones encontradas que ha provocado la visita del pontífice a nuestro país, especialmente por los millonarios costos. Admitió que el escenario que recibirá al papa Francisco será complejo por los casos de abusos sexuales, especialmente por lo sucedido con Fernando Karadima, sobre quien pesa una condena canónica.
“Yo no niego que parte de la crisis se debe también a una situación concreta que ha vivido en estos años la Iglesia en Chile, con los casos de abusos. Son problemas no de ahora, sino que han aparecido, tienen 20 o 25 años de historia”, señaló.
“Son casos gravísimos, pero hay personas dedicadas de todo corazón al servicio de los más necesitados, con adultos mayores, con pobres, con estudiantes”, justificó.
LA REPUBLICA DOMINICANA EN LA AGENDA GLOBAL VATICANA. Y NUESTRA SITUACION NACIONAL.
Así como en Chile, en Perú, y en otros muchos países de América Latina y el Caribe, en República Dominicana ha bajado bastante la feligresía católica y la adhesión a dicha religión, y peor aun, mucha gente católica es cada vez mas escéptica con las posiciones de la cúpula eclesial dominicana, a quienes se ve mas orientada hacia los intereses foráneos que a asumir posiciones de compromiso con las necesidades, y padecimientos morales, espirituales, y materiales, de los dominicanos, especialmente los mas débiles, los mas excluidos, y los mas vulnerables.
Los dominicanos vemos cada vez mas a una histórica iglesia dominicana, mas comprometida con una agenda internacional, global y foránea, desconectada con los intereses nacionales.
La República Dominicana es un Estado soberano, sujeto del derecho internacional, y sucesivamente reconocido y admitido en la comunidad de naciones casi desde los mismos albores de la independencia nacional y la proclama de nuestro Estado. Tenemos una relación especial con el vaticano en virtud de un Concordato suscrito entre el Pontífice Pio XII, y el entonces Presidente Generalísimo Trujillo, el 16 de Junio del año 1954.
Al igual que la República Dominicana, La Santa Sede ha sido reconocida, tanto en la práctica estatal (relaciones internacionales) y la doctrina jurídica moderna como un sujeto de Derecho internacional, con derechos y obligaciones análogos a los de los Estados. Aunque la Santa Sede, a diferencia de la Ciudad del Vaticano, no cumple con todos los criterios establecidos en el Derecho internacional para obtener la condición de Estado (una población permanente, un territorio definido, un gobierno estable y la capacidad de entrar en relaciones con otros Estados), la plena posesión de personalidad jurídica en el Derecho internacional se demuestra en el hecho de que mantiene relaciones diplomáticas con 180 estados y en que es miembro de varias organizaciones internacionales.
Y así como nuestro país, tiene su política migratoria, como Estado, asi mismito la tiene la Santa Sede.Por ejemplo, La nacionalidad vaticana no se obtiene por nacimiento, sino por concesión. Es la única en ese tipo. Son ciudadanos de nacionalidad vaticana todos los diplomáticos empleados en las nunciaturas como las embajadas vaticanas de todo el mundo y aquellas personas que ejercen funciones para el Estado de la Ciudad. La nacionalidad vaticana se añade a la nacionalidad de origen y se pierde cuando las personas dejan de ejercer estas funciones.
La República Dominicana, luego de ser un pueblo con atributos propios, fue invadida por el Estado haitiano que ya había hecho su independencia. Durante 22 largos años fuimos ocupados por el vecino país, logrando mantener siempre, nuestras diferencias culturales, idiomaticas, y religiosas, de hábitos y costumbres frente a los haitianos y nuestra liberación supuso una cruenta lucha de 4 campañas miliares y 12 batallas decisivas para defender esa voluntad liberrima de nuestro pueblo. Durante décadas nos vimos permanentemente obligados a desarrollar políticas militares, geográficas, sociales, para frenar el ímpetu y la permanente vocación haitiana para arrasarnos como país, como Estado y como pueblo. Porque nunca nos han aceptado como dominicanos, muy a pesar de todos los esfuerzos que hemos hecho históricamente para sostener una sana, y pacifica relación de buena vecindad con Haití.
Desde el 1844, hasta el presente, nuestro territorio se ha visto permanentemente disminuido debido al asedio, a la migración ilícita, al acoso, y penetración de los haitianos en nuestro territorio, no ya como emigrantes pacíficos, sino estableciendo asentamientos ilegales y desordenados, lo cual es contrario a nuestras leyes, a nuestra Constitución y a nuestros intereses nacionales, como los tiene también el Vaticano, que tiene sus leyes, su institucionalidad, y su sistema de gobierno y de control territorial.
Y es a partir de la comprensión de estos factores esenciales que el Vaticano tiene que comprender nuestra particular relación con los haitianos, sin la cual tendrán siempre una visión global de esta especial situación de dos Estados soberanos, y dos pueblos distintos que compartimos por necesidad dos porciones claramente delimitadas, desde hace siglos, de la misma geografía.
Es de ahí, ese creciente sentimiento de desconexion espiritual y moral que viene embargando a los catolicos dominicanos, frente a su histórica iglesia. Y es de ahi tambien la necesidad de que los ciudadanos que hacemos causa con el nacionalismo patriotico existencial dominicano, exijamos a la grey catolica dominicana que fije posiciones concretas frente al problema nacional,y que cese el laborantismo material y social grosero que vienen desarrollando grupos como los jesuitas en franca violacion de los derechos de todos los dominicanos.
