Del ex-presidente dominicano Ulises Heureaux, nacido en Puerto Plata el 21 de octubre de 1845, es mucho lo que se ha dicho, pero no lo suficiente.
Visitando el muro en Facebook de mi amigo William Santiago, me encuentro con un interesante artículo titulado «ULISES HEUREAUX FUE SIEMPRE UN HOMBRE DE ESTADO», en donde William destaca la opinión de Luis F. Mejía en su libro «DE LILIS A TRUJILLO» y me he animado en compartir con ustedes la visión que tenía el profesor Juan Bosch sobre el gobernante dominicano.
En su obra «LAS DICTADURAS DOMINICANAS», quinta edición (2003), páginas 51 y 52, el profesor Juan Bosch dice lo siguiente, cito: «Era un sueño, sin la menor base real, pensar que en el año 1888 o en el 1895 la República Dominicana podía convertirse de un día para otro en un país capitalista desarrollado, y era peor que un sueño alimentar la idea de que el arranque hacia el capitalismo podía ser llevado a cabo aplicándole el pueblo métodos de gobierno similares a los que se usaban en Estados Unidos, en Inglaterra, en Francia.
Para encabezar y dirigir la transferencia del pre-capitalismo en que estaba viviendo el país en el año 1874 al capitalismo que empezó a conocerse después de 1874 ningún dominicano tenía mejores condiciones que Ulises Heureaux; él era el hombre apropiado a las circunstancias nacionales, no porque tuviera conocimiento de cuales eran los métodos propios de un orden social fundamentado en el capitalismo sino porque conocía de manera cabal la realidad social dominicana; la conocía a tal punto que sabía de manera instintiva quién era una persona importante y quién no lo era, y además sabía cómo debía ser tratada una persona importante en un momento dado y cómo debía ser tratada en otro momento. Lilís era producto de la historia de su pueblo que tenía al mismo tiempo tantos conocimientos de los problemas de toda índole que afectaban al país como los tenia Pedro Francisco Bonó, pero con diferencias muy marcadas, porque los conocimientos de Bonó eran el fruto de sus estudios y los de Lilís eran el fruto de una apreciación de la realidad social en que vivía llevada a cabo por una inteligencia natural muy aguda servida por una capacidad de acción y de reacción que le era ajena a Bonó, típico ejemplo del intelectual que vive sumergido en el mundo de las ideas.
Lilís sabía expresar sus ideas como si fuera un escritor de oficio. Así lo revelan sus cartas de varias de las cuales copia párrafos H. Hoetink (El pueblo dominicano, Editora Universidad Católica Madre y Maestra, 3era. edición, Santiago, R.D., Págs. 179 y siguientes). En abril de 1882 decía en una de ellas: «…yo he rendido mis homenajes al principio republicano democrático; lo respeto aunque no lo uso en ciertos y determinados casos», pero quince días antes había dicho: «…se necesita ser liberal para con los que respetan el derecho y la libertad y se necesita ser fuerte para resistir el ímpetu de los volcanes que brotan del corazón de los liberales por conveniencia». Fin de la cita.
Sin lugar a dudas Ulises Heureaux, uno de los grandes personajes de todos los tiempos!
