OPINION: Abinader trata de hacer un gobierno con rostro humano. Por Marcos Núñez

Con el cambio de mando el pasado 16 de agosto de este 2020, en el país se percibe un nivel de cambio importante sobre todo, en el modelo de gestión presidencial en comparación con lo que anteriormente veíamos en el país.

Han desaparecido las mal llamadas “visitas sorpresas” que no eran más que un modelo de mercadeo directo sobre la figura presidencial anterior, con una coordinación previa de las más altas instancias palaciegas con los congregados, mostrando un Jefe de Estado, “cercano” a la gente, quienes en su mayoría eran simpatizantes de su gestión.

También las visitas sorpresas trajeron un debilitamiento progresivo del papel de las instituciones del Estado involucradas en las supuestas ayudas concedidas, al eclipsar el trabajo de los funcionarios o ministros y superponer la figura presidencial por encima de mecanismos y procedimientos legítimamente establecidos.

Hoy tenemos un presidente de la república que como Luis Abinader, hace visitas programadas previamente coordinadas, sin simular un supuesto factor “sorpresa”.

Tenemos un presidente que visita los municipios, provincias y regiones del país, para reunirse con la sociedad civil, el empresariado y dirigentes políticos, pero llevando en las manos planes concretos, para la realización de obras que buscan impactar positivamente los diferentes sectores de la sociedad dominicana.

Desde la oposición se le acusa de improvisación y de hecho, con todo lo que ha sucedido a lo largo de este convulso año 2020 y dado el estado en que quedó la administración pública, no es para menos, pero se percibe a través de las acciones del presidente Abinader, un interés de organizar una serie de políticas públicas focalizadas por cada nivel y sector para su segura implementación.

Usted puede estar de acuerdo o no, con el presidente Luis Abinader. Pero está tratando en la medida de lo posible, de cumplir casi todas sus promesas.

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