REDACCIÓN INTERNACIONAL.-El libro de John Bolton, el exasesor de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump, confirma que el gobierno de los Estados Unidos se ha trazado como una de sus metas de política exterior conspirar para derrocar al gobierno de Venezuela, como ha denunciado en innúneras ocasiones las autoridades venezolanas.
Al mismo tiempo, Bolton, quien renunció del gobierno republicano de Trump, culpa al presidente de los Estados Unidos del fracaso del plan conspirativo contra el gobierno de Venezuela.
Como hombre de derecha de línea dura, en su libro John Bolton se muestra convencido de que el gobierno de Estados Unidos tiene el derecho de intervenir en otros países y derrocar gobiernos que no sean de su agrado.
Bolton confiesa que luego de esfuerzos fallidos para derrocar al presidente Nicolás Maduro, el gobierno de Donald Trump no vaciló en discutir públicamente, en detalle, lo cerca que la oposición de Venezuel había llegado de hacerse con el poder, pero admitía que algo había salido mal.
«Difícilmente era esta una situación normal de conversaciones e intercambios diplomáticos y escuchamos también de muchos miembros del Congreso y ciudadanos estadounidenses privados, especialmente miembros de las comunidades cubano-estadounidense y venezolano-estadounidense en Florida», precisa Bolton.
Uno de los intentos no solo por derrocar a Nicolás Maduro, sino por asesinarlo, fue el de los drones con explosivos. Así lo admite y relata Bolton:
«Poco después de que me convertí en Asesor de Seguridad Nacional, mientras Maduro hablaba en una ceremonia de premiación militar el 4 de agosto fue atacado por dos drones. Aunque el ataque fracasó, demostró la vigorosa disidencia dentro de los militares. Y las comiquísimas imágenes de los uniformados huyendo enérgicamente al sonido de las explosiones, a pesar de la propaganda del régimen, mostró que tan “leales” son los militares a Maduro».
Interés económico y de hegemonía
De la lectura del libro de Bolton queda claro que para el gobierno de Estados Unidos, encabezado por Donald Trump, el problema que representa el gobierno de Venezuela, más que político, es de economía y de la rivalidad que la potencia americana mantiene frente a Rusia y a China.
Sostiene que para EEUU el «régimen autocrático de Maduro» estaba bajo amenaza debido a su conexión con Cuba y las aperturas que le brindaba a Rusia, China e Irán.
Afirma sobre la relación de Rusia y Venezuela, que amenaza de Moscú era innegable, tanto militar como financieramente, habiendo gastado recursos substanciales para sostener a Maduro, dominar la industria petrolera y gasífera de Venezuela, en imponerle costos a los EEUU.
«Beijing no se quedaba muy atrás. Trump vio esto, diciéndome después de una llamada en Año Nuevo de 2019 con el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi, que le preocupaban Rusia y China: “No quiero quedarme sentado viendo”. Venezuela no había encabezado mis prioridades cuando comencé, pero una gestión competente de la seguridad nacional requiere flexibilidad cuando nuevas amenazas u oportunidades surgen. Venezuela era tal tipo de contingencia. Estados Unidos se había opuesto a las amenazas externas en el hemisferio occidental desde la Doctrina Monroe y era tiempo de resucitarla después de los esfuerzos Obama-Kerry por enterrarla», indica Bolton.
