No cabe duda que la corrupción corroe la sociedad, producto de una sociedad carente de valores humanos, éticos y morales, lo que produce inequidad social, y la falta de sanción la alimenta cada día más, ahora bien ¿se produce un real combate a ese flagelo que ha fragmentado la Sociedad? Pues aseguro sin lugar a equivocarme que no, esto así porque vivimos en una sociedad de doble moral, donde se dice una cosa y se hace otra. ¿Y esto porque? Muy sencillo porque muchos de los que dicen combatir la corrupción, son producto de la misma.
¿O acaso alguien puede justificar grandes fortunas que no sea producto la corrupción, llámese, políticos, empresarios o religiosos de poder y con poder en la sociedad? Y si alguien quiere saber la verdad sobre esto es muy fácil hágale un arquero al origen de su fortuna y ahí mismo aparece el faldo de la prueba, requisito este que en derecho debe presentarse para enjuiciar un inculpado.
Pero los que enjuician la corrupción, en los medios no les interesa porque hasta los mismos medios emanan pus. Por lo que el combate a la corrupción es una falsa si a esto le agregamos la lucha por la transparencia y la impunidad que es impulsada por los Estados Unidos y sus socios en los países nativos esto sólo se esgrime cuando sus intereses son afectados, pero si no le afecta como diría el argot popular «ni pai voy a mirar». ¿Se puede decir así que es combatir la corrupción, y la impunidad? nada más falso busquemos el origen de las fortunas extranjeras y nativas y se podrá saber por donde se le echa el agua al coco! No a la falsa contra la corrupción y la impunidad y si a luchar por una justicia social sin demagogia ni privilegios, no la doble moral, si en realidad queremos adecentar está sociedad que por donde quiera que la puncha echa pus.
Sólo una Sociedad fundamentada en reales valores humanos éticos y morales, produce un cambio en el estado de cosa.
